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Reseñas: SAVAGE EXISTENCE Savage Existence

Canalizando el espíritu de Pantera de los 90, la destreza técnica de Lamb Of God de la década de 2000 y el eclecticismo de la era media de Machine Head, Savage Existence desata una vorágine de agresión con toques infeccioso en su segundo LP de estudio

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Con una historia que ahora abarca más de 30 años, la mezcla de heavy y thrash metal de naciera a principios de los 90 (y que se conoce como groove metal) aparentemente ha cubierto todas las bases posibles. En verdad, una de las fallas más comunes en la combinación de ira cruda y riffs de guitarra atronadores que hizo a Pantera relevante con la salida de "Vulgar Display Of Power" ha sido su carácter fundamentalmente básico y las tendencias excesivamente ‘puras’, desechando combinaciones más interesantes de influencias industriales y más extremas, que solo se han visto de manera escasa en ciertos lanzamientos. Lo que ha estado faltando continuamente en la ecuación es algo un poco más sutily elaborado, y con el inicio de la década de 2020 ha surgido una alternativa prometedora para este “dilema”. Provenientes de América Central, específicamente de los parajes tropicales de Costa Rica, Savage Existence regresan a la escena con un segundo álbum – que lleva por título el nombre de la agrupación – brindando una nueva perspectiva la escena que de alguna manera se ha quedado estática en los últimos 10 años.

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La combinación de ideas que construyó el primer LP de esta banda contenía una mezcla lo suficientemente ortodoxa de influencias de New Wave of American Heavy Metal de los años 90 y 2000 para resultar interesante, exudaba un toque único en la manera con que abordaban ciertos arreglos, una especie de mezcla sutil de intrigante técnica  y pulidos pasajes atmosféricos que los diferenciaba de los “originales”, y estas disonancias (a las cuáles realmente debería nombrar como señales propias) se han vuelto mucho más pronunciadas en este segundo álbum, que sale a la venta hoy.

Podría tratar de definir la música contenida en este disco como una “versión más cinematográfica” del groove metal, lo cual tiene sentido si consideramos la experiencia en power-metal del cantante Anton Darusso,  cualquiera que esté familiarizado con sus ejercicios vocales en bandas anteriores, se sorprenderá tremendamente al constatar cuán competentemente Darusso emula la crueldad cruda característica de Phil Anselmo, (especialmente sus registros vocales en "The Great Southern Trendkill"), mientras que al mismo tiempo cambia sin problemas a una voz de barítono más limpia, que eclipsaría a Robb Flynn en su mejor día. Del mismo modo, la música que rodea su versátil presentación vocal no es para menos variada, comenzando con una obertura sinfónica en "Still Life" que está tan orientada a Hans Zimmer como un preludio típico de Pyramaze. Temas bestiales que coquetean con sludge metal como "Independence Day" y "Standing In Flames" se alejan bastante del reino de Dimebag y Flynn, aunque a menudo aparezcan algunos de los modismos de ambos. Del mismo modo, los lúgubres elementos de balada de "It's All On You" guardan cierta semejanza con los matices que se escuchan en los momentos más ligeros de "Unto The Locust" y "Bloodstone & Diamonds" de Machine Head, pero resuenan con más fuerza y resultan menos predecibles.

Aunque muchos describirían de manera general del sonido que exuda este disco como una combinación de Lamb Of God con una vertiente de Pantera más melódica, las tuercas y tornillos que mantienen unida a esta maquinaria musical están construidos y alineados con lo que fanáticos de la vieja escuela de ambas bandas pudieran esperar de una colección de temas que emulase los aspectos más ortodoxos de ambas agrupaciones. En temas aerodinámicos como "Steady Blows To The Head" y "Leap Of Faith" los asaltos de guitarra de Cleland y Castro destilan una combinación de arrogancia sureña y vigor que resultaría más que capaz para atrapar a cualquier fanático de "Far Beyond Driven" o "Burn My Eyes", aunque personalmente considero que el trabajo vocal de Darusso es mucho más preciso. El golpe demoledor de "Dumpster Fire" me recuerda a esos ritmos de alto octanaje de principios de la década del 2000, y no puedo evitar sorprenderme al escuchar la perfección, casi esquizofrénica, con la cual Darusso combina uniformemente las personalidades icónicas de Flynn y Anselmo, sin mencionar que sus compañeros no se quedan detrás, develando uno de los estribillos más pegadizos jamás asociados con el término groove metal.

En el contexto de bandas que intentan revivir las grietas más recónditas y primigenias del metal caústico de principios de los 90, Savage Existence realmente hacen honor a su nombre al producir temas cargados de rabia y descontento intransigentes, y definitivamente demuestran que están preparados para convertirse en una de las agrupaciones más importantes en esta vertiente musical a medida que avancemos en la década de 2020. Salvo un lanzamiento de estudio de la versión revivida de Pantera, es difícil imaginar que surga otra agrupación que pueda competir de tú a tú con Savage Existence. Hay un gran potencial para que este grupo continue su ascenso, pero mientras tanto, aquellos que estén deseando escuchar una bestia de álbum, repleto de guitarras cortantes y buenas ideas, no necesitan más que prestar atención a este disco homónimo.

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